Nuestros Abuelos Fueron Braceros y Nosotros También won First Prize in the national competition sponsored by the Academia Norteamericana de la Lengua Española in coordination with the University of Texas San Antonio.
A TENACIOUS STRUGGLE FOR JUSTICE Our Grandfathers Were Braceros and We Too is a historical and living testimonial to the laborers who left their homes in Mexico during WWII to do their part in the war effort and with the hope of a better life for their families.
Besides the facts of their struggle that still continues, the book is filled with testimonials from the dwindling number of survivors of that time. Thousands of braceros, literally men working with their arms, formed an organization named, Alianza de Ex Braceros del Norte 1942-1964 (Alliance of Ex Braceros in the North 1942-1964), to persist in seeking the compensation they were denied by both the U.S. and Mexico as well as the recognition by both countries of the sacrifices they made.
Thousands died when, after being recruited, they were left to fend for themselves at recruiting stations with no food, water, shelter, or medical care available. Buried in mass graves, their bodies were often cremated in the holes other men dug. Those who were deemed fit endured demeaning medical exams and then were detoxified with DDT spray, before being shipped to U.S. farms. Under terms of the Bracero Program, 10 percent of the workers’ wages were withheld and deposited in bank accounts and eventually were to be redeemed in Mexico. For a variety of reasons, thousands of the braceros who either returned to Mexico or remained in the U.S. failed to claim their proceeds. Within the past 20 years when the ex braceros organized around their search for justice for their cause and obtain their due compensation, both the U.S. and Mexico have reneged on the promises of the Bracero legislation. The braceros living in the US and Alianza members launched the Mis Abuelos Fueron Braceros y Nosotros También Project five years ago to help organize activities based on their claims, which have included seeking interventions through the U.S. House of Representatives, agencies of the United Nations and other international human rights groups, and public awareness.
Father José Alejandro Solalinde Guerra, a well-known Mexican advocate for migrant rights, says the book “is an excellent work of tremendous relevancy for our times, given its focus on the issue of migration and, above all, for keeping the struggle alive against the violations of labor and human rights seen in temporary worker programs.”
The authors have pledged to donate their proceeds from the sale of books to support the legal defense of the Alianza’s members.
UNA LUCHA TENAZ POR LA JUSTICIA Nuestros abuelos fueron braceros y nosotros también es un testimonio vivo e histórico sobre los obreros que dejaron sus hogares en México durante la Segunda Guerra Mundial para colaborar en el esfuerzo de guerra y con la esperanza de una vida mejor para sus familias.
Además de relatar los hechos de la lucha continua de estos obreros, el libro transmite numerosos testimonios de los pocos sobrevivientes de aquella época. Miles de braceros, quienes literalmente trabajaban con sus brazos, han formado una organización llamada la Alianza de Ex Braceros del Norte 1942-1964 para seguir reivindicando la compensación que tanto los gobiernos de Estados Unidos y México les ha negado, así como el reconocimiento de ambos países por los sacrificios que hicieron. Miles de ellos murieron cuando, después de ser reclutados, fueron abandonados a su suerte en los centros de contratación, sin comida, agua, albergue o atención médica. Muchas veces sus cuerpos quedaron incinerados en fosas comunes que otros hombres escarbaron. Los que se clasificaron como aptos fueron sometidos a exámenes médicos degradantes y rociados con DDT antes de ser enviados a trabajar en las granjas en los EE.UU.
De acuerdo con los términos del Programa Bracero, el 10 por ciento de los salarios de los trabajadores fueron retenidos y depositados en cuentas bancarias, con el compromiso de entregarlo posteriormente a estos trabajadores en México. Por diversas razones, miles de braceros que regresaron a México o permanecieron en Estados Unidos no reclamaron los fondos que les correspondían.
Hace cinco años, los braceros que viven en Estados Unidos y los miembros de la Alianza lanzaron el proyecto Mis Abuelos Fueron Braceros y Nosotros También para ayudar a organizar actividades basadas en sus reclamaciones. Han procurado intervenciones por parte de la Cámara Federal de Diputados del Congreso de los EE.UU., las agencias de la Organización de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales defensores de los derechos humanos, además de realizar campañas de concientización pública.
El padre José Alejandro Solalinde Guerra, un conocido defensor mexicano de los derechos de los migrantes, al comentar sobre este libro, ha dicho que “es una excelente obra de tremenda actualidad, por ser un asunto migratorio y sobre todo por mantener viva la lucha contra las violaciones laborales y humanas a través de programas de trabajadores temporales”.
Los autores están comprometidos a donar sus ingresos provenientes de la venta de este libro para apoyar la defensa legal de los miembros de la Alianza.