A una anciana Venga, madre— su rebozo arrastra telaraña negra y sus enaguas le enredan los tobillos; apoya el peso de sus años en trémulo bastón y sus manos temblorosas empujan sobre el mostrador centavos sudados. ¿Aún todavía ve, viejecita, la jara de su aguja arrastrando colores? Las flores que borda con hilazas de a tres-por-diez no se marchitan tan pronto como las hojas del tiempo. ¿Qué cosas recuerda? Su boca parece constantemente saborear los restos de años rellenos de miel. ¿Dónde están los hijos que parió? ¿Hablan ahora solamente inglés y dicen que son hispanos? Sé que un día no vendrá a pedirme que le que escoja los matices que ya no puede ver. Sé que esperaré en vano su bendición desdentada. Miraré hacia la calle polvorienta refrescada por alas de paloma hasta que un chiquillo mugroso me jale de la manga y me pregunte: — Señor, jau mach is dis? -- To an Old Woman Come, mother— your rebozo trails a black web and your hem catches on your heels, you lean the burden of your years on shaky cane, and palsied hand pushes sweat-grimed pennies on the counter. Can you still see, old woman, the darting color-trailed needle of your trade? The flowers you embroider with three-for-a-dime threads cannot fade as quickly as the leaves of time. What things do you remember? Your mouth seems to be forever tasting the residue of nectar hearted years. Where are the sons you bore? Do they speak only English now and say they’re Spanish? One day I know you will not come and ask for me to pick the colors you can no longer see. I know I’ll wait in vain for your toothless benediction. I’ll look into the dusty street made cool by pigeons’ wings until a dirty kid will nudge me and say: “Señor, how mach ees thees?” — RAFAEL JESÚS GONZÁLEZ © 2022 BY RAFAEL JESÚS GONZÁLEZ Riffs sobre el poema |
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August 2024
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