Rinconcito es un rincón pequeño especial en Somos en escrito para escritos cortos: un poema, un cuento, una memoria, ficción de repente, y otros. QuerenciaPor Saray Argumedo El viento fronterizo carga una voz quebrada, que grita dolor, rencor, sentimiento. Al caminar por la 16 de Septiembre hacia la Catedral, me acerco más y más y me doy cuenta que es el llanto de un hombre. Se encuentra tirado en una banca, en frente del edificio que en aquellos tiempos se llamaba el Cine Plaza. Trae una camiseta rota y percudida que dice “Bienvenido Papa Francisco a Ciudad Juárez”. Sus pantalones también se encuentran rotos y sucios, repletos de aceite de carro. No trae zapatos, sus pies llenos de ampollas de lo tanto que ha caminado descalzo. A su lado derecho lo acompaña lo que parece ser una botella de agua, en ratos él bebe de la botella y la vuelve a dejar. Se persigna dos veces, mira hacia el cielo, une sus manos como si estuviese arrepentido. Su rostro lleva lágrimas, llora y platica con el mismo, su saliva cae en sus piernas cada vez que agacha la cabeza para ver dónde está su botella. La gente pasa y se le queda viendo. Lo que muchos no entienden es que el hombre que se encuentra tirando en la banca, tomando, sin zapatos, borracho, es alguien que se dejó llevar por la tristeza. ¿Qué pena cargará que lo llevó al vicio? ¿Qué vida vivió que lo llevó a desahogar sé con una botella de alcohol? La botella hoy carga su felicidad, en ella ha encontrado amor, paz, tranquilidad. Todo lo que no pudo encontrar en el mundo que hoy lo rodea, se encuentra en ella, se encuentra su querencia. Es tanto este amor que ni él es importante. Su mundo hoy consiste en vivir para tomar. Su hogar es la calle. Su paraíso se encuentra en cada trago. En ella se encuentran memorias de su niñez, de su juventud. La libertad de ser niño, de amar sin pedir nada a cambio. En ella se encuentran consejos de su abuela, las historias que quedaran por siempre plasmadas en su memoria. En ella se encuentra el rostro de su madre, la decepción en su cara de verlo tirar su vida a la basura.Mientras él vive en su memoria los que pasan lo ven con asco, nada más ven lo que quieren ver. Ven a un hombre, vagabundo, borracho, miserable, pobre, muerto de hambre. Pasan y lo tratan como basura. Lo que estos Cristianos no saben es que este hombre ha sufrido. Y por obras de la vida y el destino el decidió irse por el camino fácil.Con el alcohol intentó cobijar el sentimiento que llevaba dentro, intentó enterrar el rencor de su pasado, intentó ahogar la tristeza, pero lo que él no sabe es que la raíz del sufrimiento allí queda. El alcohol simplemente ablanda las espinas, en cuanto sale de nuestro cuerpo, las espinas vuelven a madurar y pican más que antes. La tristeza es como un túnel largo e obscuro, sin darnos cuenta nos desvía de la luz y se convierte en costumbre. No se sabe que será de la vida de este hombre, pues igual nosotros cargamos con nuestro propio duelo. Y, ¿cómo ayudar a alguien, si ni si quiera podemos ayudarnos a nosotros mismos? Saray Argumedo is a fronteriza from El Paso, Texas, and Ciudad Juárez, Chihuahua, México, a graduate of the University of Texas El Paso where she published stories about local issues in the magazine called “Borderzine: Reporting Across Fronteras,” and a recent MA graduate in Community and Regional Planning, University of New Mexico, Albuquerque. This is her second obra in Somos en escrito.
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