“Por escrito” Lucha Corpi (LC) entrevista a Graciela Brauer Ramírez (GBR), Catedrática jubilada de la Universidad Estatal de California en Sacramento. Poeta y narradora chicana, y trabajadora cultural incansable. Miembro de “Escritores del Nuevo Sol” en el Valle de Sacramento y de “Círculo de poetas & Writers” en la Bahía de San Francisco, con sede en Oakland. AZTLÁN – El lugar de las garzas LC: Querida Graciela, cómo se ve claramente, en la portada de tu libro están estampadas las garzas, aves que normalmente habitan a orillas de los ríos en California y en México: Algunos de los ríos más caudalosos se encuentran en el sur de México y precisamente en el estado de Veracruz y cerca de la Ciudad de México de donde eres originaria. Me fascinó ver que tu obra comienza con una descripción del Río Americano (the American River) que atraviesa de lado a lado la Cd. de Sacramento, capital del estado de California. Según la leyenda indígena mexicana, AZTLÁN era el lugar de origen de las varias tribus pre-colombinas, las que poblaban el continente de América, desde Alaska y Canadá hasta Tierra del Fuego en Sudamérica. A primera vista se podría también decir que EDUCACIÓN: Una Épica Chicana de la catedrática, poeta y narradora, Graciela Brauer Ramírez, es un libro de texto histórico. Ofrece una visión y cronología histórico-política de acontecimientos que se suscitaron en la Cd. de Sacramento, capital del estado de California, durante las décadas de 1960 a 1980. Al mismo tiempo, ofrece una vista panorámica del movimiento socio-político y pro-derechos civiles del pueblo México-americano en EE.UU., es decir de la población que se autodefine políticamente como chicanos. De una manera más general, bosqueja también el impacto de los logros de esta población, desde entonces hasta la fecha. Desde el punto de vista literario sigue las reglas de una epopeya clásica, es decir como lo fueran la Odisea o Ilíada en la antigüedad. Es un relato en verso y trata de las hazañas de héroes en tiempos de guerra y en defensa de su pueblo, su historia y cultura. Más aún, es la infra-historia de una familia californiana, con fuertes lazos culturales, literarios e históricos, con México y el sudoeste de Estados Unidos. Gracias. Graciela. Lucha Corpi Entrevista y plática: Lucha Corpi (LC) y Graciela Brauer Ramírez (GBR) en conversación. Influencias: En familia o comunitarias: LC: Tu obra culturalmente es parte de una tradición oral, pero lo es también de la literaria. Es en verdad, Una Épica Chicana, y una obra monumental. ¡Enhorabuena, Graciela! Ahora, cuéntanos un poco sobre tu niñez y adolescencia en familia. Sabemos que tu padre fue de gran influencia en ti, quien estimuló tu sed intelectual por el conocimiento y la lectura. Aprendiste a leer a los cuatro años. Entiendo que tu convivencia con otros parientes, en ambos lados, también fue muy importante. En familia, aparte de tu papá y mamá, ¿Quiénes más fueron de gran influencia en ti durante tu niñez? GBR: Como digo en mi libro, Una épica chicana, por las noches, en familia, nos juntábamos en el patio y cada uno decía poesías o contaba historias. Por ejemplo, a mi tío Homero le gustaban las historias del mar y de barcos. Después fue marinero. Mi tío Sergio siempre nos contaba la misma historia sólo le cambiaba los nombres de los personajes. A mí me subían en una silla y recitaba: “Mamá, soy Paquito, no haré travesuras…” Y también una que dice: “Guadalupe la Chinaca va en busca de Pantaleón su marido…” Dado que a los 2 o 3 años yo no podía todavía hablar bien, recitaba este verso a mi manera: “aupe anaca busca a neon maido…” Mi tía Elena, aun cuando ya estaba yo grande, se burlaba de mí imitándome, pues a esa edad temprana no podía yo hablar claro, pero, según yo, ya recitaba. También mi tía me decía que cuando terminaba yo les pedía aplausos al “púbico” (el público). LC: Me haces reír. Muy divertido. Ya entrando a la secundaria, ¿seguiste recitando poemas en público? GBR: Claro que sí. Ya de estudiante, en la secundaria, recitaba en concursos y en uno de ellos gané el primer premio al recitar de memoria el poema “Los Motivos del Lobo” de Rubén Darío el gran poeta de Nicaragua. Hasta la fecha, ya en mi vejez, aún recuerdo todo este poema tan largo. LC: Entonces, en cuanto a los lugares que fueron importantes en tu desarrollo durante tus años tempranos, sabemos que naciste y viviste en la Ciudad de México y que sufriste los calores y el bochorno del trópico en el puerto de Veracruz. En el prólogo de Educación: Una Épica Chicana, JoAnn Anglin, gran poeta y narradora, a quien también tengo el gusto y la honra de conocer, nos da algunos datos personales tuyos, pero bastante esquemáticos. LC: Si te es posible, cuéntanos un poco de ti, de tu vida personal antes de unirte al cuerpo docente de la Universidad Estatal de California (California State University at Sacramento-CSUS). GBR: Las gentes que tuvieron más influencia en mi infancia fueron mi papá y mi tía abuela Juanita. El me introdujo a la lectura, al grado de que cuando fui al kínder ya había leído varios libros de cuentos que él siempre me compraba. Mi tía abuela Juanita tenía una tienda de abarrotes a media cuadra de nuestro apartamento. Ella tenía su recámara arriba de la tienda. A veces ella me cuidaba o cuando iba a la tienda inmediatamente subía a su recámara pues ahí tenía muchos libros. Ahí leí: Corazón Diario de un Niño, Las Mil y Una Noches y muchas otras obras que aún viven en mi mente y que me han ayudado a sobrevivir. Un día mi tía me sorprendió mucho cuando me regaló estos dos libros y algunos más. También mi papá. Él era militar, y por algunas horas, también valuador en la mayor casa de empeño controlada por el gobierno. A veces tenían subastas y la mercancía que quedaba la repartían entre los trabajadores. Esta era generalmente de libros, los cuales él traía al apartamento. Entre esos libros leí, con ayuda de adultos, La Vuelta al Mundo en Ochenta Días, El Jorobado de Nuestra Señora de París y muchos más. Fui muy afortunada. LC: Nos has contado que debido al trabajo de tu papá, quién era militar, viviste en diferentes lugares. ¿Cómo afectó el pasar tu infancia y adolescencia en comunidades tan diferentes una de la otra? GBR: Primero, era una bebé y mientras que las mismas personas me cuidaran, no había problema. Después, cuando contaba con cuatro años, mi papá me ponía en el tren los viernes por la noche y mi abuelito me recogía en el puerto de Veracruz en la mañana del sábado. El regreso era viaje opuesto, por supuesto, de domingo en la noche a lunes por la mañana. También pasaba todas las vacaciones en la costa del Golfo de México, que era la costa veracruzana. Vivir en el puerto de Veracruz fue para mí una experiencia muy afortunada pues mi abuelito era una persona muy educada al haber estudiado en el seminario; había leído mucho. Con él aprendí bastante. También en Veracruz vivían mis tíos quienes eran muy adeptos a las poesías. Mi tío Carlos, por ejemplo, sabía muchas de ellas de memoria. En las noches nos recitaba versos de sus autores favoritos como Díaz Mirón, poeta veracruzano. Mi tía Estela recitaba en las escuelas. Aún recuerdo una de sus poesías favoritas que dice: “…espera la caída de las hojas.” Mi abuelito y su hijo mayor trabajaban en el ferrocarril me conocían y me querían bastante. A menudo, ellos me llevaban de viaje. Durante mis viajes la tripulación del ferrocarril me cuidaba. LC: Cuéntanos también de tu familia materna y de tu educación formal y adolescencia GBR: Cursé la primaria en El Colegio de San Ignacio de Loyola comúnmente conocido como Colegio de las Vizcaínas, una escuela católica en la Ciudad de México. Mis padres se divorciaron cuando yo tenía menos de un año. Mi papá tomó la responsabilidad de criarme. Él era militar así es que yo crecí regimentada, cosa que siempre le he agradecido pues aprendí disciplina, algo que me ha servido toda mi vida, y que él hizo con mucho amor. A los 15 años me fui a vivir con mi mamá. Ella era una famosa cantante de música ranchera. Mi vida con ella era excitante pues me llevaba a los teatros y estaciones de radio en donde conocí artistas famosos de aquella época. Por otro lado, ella era una persona muy extrovertida y se impacientaba mucho conmigo por ser yo sumamente introvertida. Con ella viajé en sus giras por muchos estados de México y lugares en los Estados Unidos como las ciudades fronterizas de El Paso, Texas y San Diego, California, además de Los Ángeles en California, entre otras. Desgraciadamente mi mamá y yo éramos demasiado diferentes. Ella era una feminista que a los 40 años se hizo torera aficionada; yo vivía dentro de los libros. Con mis padres crecí en dos mundos completamente opuestos. Sin embargo, en ambos mundos, todas mis experiencias fueron muy buenas. LC: En esta entrevista quiero hacer resaltar no sólo tu trayectoria poética-literaria sino también tu participación en el movimiento pro-derechos civiles y humanos del pueblo chicano en Estados Unidos. Al leer tu obra, me doy cuenta que tú fuiste testigo y participante en muchos de los acontecimientos que describes en tu libro durante “el movimiento chicano”. Cuéntanos sobre esta importante época de tu vida. GBR: Mi participación en los primeros años de pertenecer al movimiento chicano, fue la siguiente: ayudaba en lo que podía como organizar eventos poéticos, así como los Simposios de Pensadores del Tercer Mundo y otros más. También ayudaba en sus funciones para recaudar fondos como ventas de pan dulce, tacos etc. Me daba de voluntaria para ayudar a organizaciones como CAMP (College Assistance Migrant Program) entre otras. También tuve en el barrio, en el Washington Neighborhood Center, un programa tutorial en el que llevaba estudiantes de la universidad a enseñar a los niños. Lo óptimo de mi participación fue cuando formulé y comencé a enseñar el curso “La Mujer Chicana” en el Departamento de Estudios Étnicos, de la Universidad Estatal de California en su campus de Sacramento-CSUS. El gran poeta y activista chicano, José Montoya, era catedrático en este mismo departamento. Después de haber recibido algunos reconocimientos por mi participación en el movimiento chicano, mi mayor orgullo llegó un día cuando José Montoya me llamó y me dijo: “Gracias, Graciela, porque nunca nos has dejado”. Este ha sido el mejor reconocimiento que he recibido en mi vida. José tenía razón. He creído siempre que es un derecho de todo ser humano tener acceso a la educación formal. Me uní al Movimiento Chicano Pro-derechos humanos y civiles. Para los chicanos, acceso a una buena educación era lo que más deseaban. Sentí como si un imán me atraía hacia ellos. También a José Montoya siempre le viviré agradecida. El organizaba programas y recitales de poesía en la universidad. Fue él quien me apoyó é invitó a leer mi obra poética en público, por primera vez en mi vida. Cómo recuerdo cuanto sufrí, y las ansias que me causó, pues tenía demasiado miedo de leer en público. Yo había leído en programas escolares pero nunca en programas en público en general. José lo notó y con sus palabras me animó mucho. Al fin, temblaba pero lo hice. La Poesía de Graciela B. Ramírez REBOZO Rebozo que humillado te escondías, mas con la revolución volviste altivo en los hombros de Frida** quien sin miedo te sacó de penumbras ensalzando los colores brillantes de tus hilos. Así volviste a colorear las fiestas adornando con gracia a las mujeres quienes ahora en cuerpos te lucían o zapateando en moños te enredaban. Rebozo que en los campos de batalla de la intemperie protegías a guerrilleras y en las noches cubriendo a los amantes creabas mundo privado en que chasquidos de besos resonaban en el aire y después el amor bajo de ti hacían porque quizá la luz del sol Ya no verían Rebozo, con tus hebras acaricias de las futuras madres sus vientres esponjados, entibiando matrices, dando calor a fetos, enlazando dos seres en comunión sagrada Cordón umbilical de madre y niño porque cuando ellas cargan, cual marsupias, a sus tiernos infantes, ellos saben que no hay peligro alguno porque tú con firmeza los sostienes. Y también con amor cubres los senos cuando el pequeño cual gatito tierno mama la tibia leche de su madre y arrullado con ritmos de latidos sueña envuelto en respiros melodiosos y despierta al sentir hondo suspiro y se ve reflejado en dulces ojos. **Nota Bene: Frida Kahlo volvió a hacer famoso el rebozo de seda mexicano. A este rebozo también se le conoce como Rebozo de seda de Santa María, el pequeño pueblo en el estado de San Luis Potosí, en donde se encuentran los telares de rebozos. Ahí mismo también se pueden ver los sembradíos de las plantas de las que se alimentan las orugas que el público en general conoce como “los gusanos de seda”. Frida también mostró el modo, arte y orgullo de portarlo el rebozo. Fue precisamente durante las décadas de los años sesenta y setenta que las mujeres chicanas, México-americanas y latinas volvieron una vez más a hacer legítimo el uso del rebozo, tanto el de algodón como el de seda. -LC Tlaloc There came a day when your gigantic statue was moved from its birth place to Chapultepec’s sacred emerald forest where hundreds of crickets sing for you the eternal welcoming song Slowly, so slowly 168 tons of stone moved through Tenochtitlan’s streets cradled in the specially-built trailer going slowly, So slowly. During the night, work crews disconnected and reconnected electrical wires needed because of your 23-foot height. Perhaps you laughed At all the attention From the multitudes After the 30-mile journey, came the huge explosion, like a Big Bang, embedding our memories back in our city recalling years of invasions, centuries of deep pain. But finally, the gift of spiritual Renaissance as you passed through the Zócalo, The Great Temple, El Templo Mayor. At that precise instant came the deluge, your fertility water, your life-giving water, your survival water, your baptismal water, your melting jade rain that poured over us running in force through our city washing us in blessings and forgiving waters through archeological sites, the burial homes of your ancestors the burial homes of our ancestors. Tláloc, the Great Tláloc: The eagle and the serpent Acknowledged you As the Lord of the Third Sun, As God of all Water. PINCELADAS Instantly becoming one With the new born moon And the eastern star All of a sudden Autumn smiles Reddish leaves Cosumnes River Witness in silence Courtship of cranes The broom Escapes from my hands Dishes Look at me with anger Only the pencil Calls me by my name Magic of Jazz Is for me Sensuality and Spirituality Interwoven Only the pencil Calls me by my name Rain, flamenco woman Dancer Stamping On the roof of my house. **CHICANOS Y LA LENGUA Esta es la historia de la gente… que nace o emigra en retroceso, a esas tierras que ancestros disfrutaron, a lugares viniendo de regreso, que ejércitos extraños conquistaron, sitio donde las grullas con su beso y su baile, colonias iniciaron. Esta es la gente que con ansia busca, un lugar en el sol, cosa muy justa. ... **EPIFANÍA CHICANA Aztlán renace, del chicano cuna su núcleo de las cuatro direcciones aurículas en Utah y Colorado ventrícula del sur en Arizona y otra en Nuevo México hechicero, Aztlán cuyas arterias cristalinas de estrellas salpicadas son Ríos Grande, Colorado y también el Sacramento. ... **LC: Estrofas de Educación: Una Epica Chicana, p. 3 y 24 GBR: Aquí estamos José Montoya y yo esperando una de las cuatro ceremonias pre-Colombinas en Sacramento (la de los niños, la de las jóvenes o Xilonen, la de los jóvenes y el Día de los Muertos). En los setenta José fue uno de los iniciadores de ellas y tuvo a su cargo el altar del norte o el de los viejitos. Yo empecé en el sagrado círculo como a principio de los ochenta y duré en la dirección del norte con José como 25 años o más que fueron inolvidables pues pasar más de 9 horas en compañía de José preparando el altar, marcar el círculo con polvo de maíz, mantener el fuego en el salmador, esperar al grupo que iba a recibir consejos y dárselos fue una de mis mejores experiencias. Con él y los Chicanos aprendí muchísimo. Generalmente leo con mi grupo “Escritores del Nuevo Sol”. Yo soy la que organizo los recitales poéticos en Sacramento. Nuestros programas son en lugares como “Sol Collective”, “Luna’s Café”, y “The Poetry Center”. Hace tiempo iba con mi grupo de escritores a leer en las ciudades de San Francisco, Stockton, Yuba City y otros lugares en California. También en ocasiones leo como parte del grupo al que también pertenezco “Círculo de Poetas & Writers” con base en Oakland, California y miembros en varias ciudades del norte de California. LC: ¿Cómo y dónde pueden los interesados conseguir el libro Educación: Una Épica Chicana?
1) De la autora: email: [email protected] 2) Sol Collective, Sacramento, California LC: No hay duda, apreciada Graciela, que has tenido una larga y fascinante carrera como catedrática y poeta. Me encanta tu actitud ante la vida: siempre optimista. Eres de gran inspiración a todos nosotros, tanto a los “Escritores del Nuevo Sol” como los miembros del “Círculo de poetas & Writers”. Mil gracias por tu participación en esta serie de entrevistas, patrocinadas por el periódico bilingüe Somos en escrito y por “Círculo de poetas & Writers” en la bahía de San Francisco. **En especial, mis más sinceras gracias a Jenny Irizary of Somos en escrito, por su paciencia y asistencia técnica en esta serie de entrevistas mes tras mes. Abrazos, Jenny. **Igualmente, gracias a Paul Aponte y Betty Sánchez de “Círculo de poetas & Writers” (SFBA) y “Escritores del Nuevo Sol”, Sacramento por su ayuda con las fotos que aquí se incluyen. © Poetry, Graciela Brauer Ramírez, de su libro: Educación: Una Épica Chicana
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